Cecilia Mandrile es la máxima impulsora de Transplant, un proyecto realizado en el Centro de Investigaciones del Grabado en Bristol (CFPR), Reino Unido, que explora la capacidad de desplazamientos inherente a las prácticas gráficas.
La artista villamariense lo llevó adelante junto a sus compañeros Niamh Fahy, Sonny Lightfoot y Tom McDonagh, e imaginándolo como “punto de partida hacia posibles nuevas impresiones de la vida, donde el arte sigue siendo una constante compañía”.
“Cuando el aislamiento forzado nos vuelve temerosos y todos parecemos ser objeto de desconfianza, nos gustaría cumplir este anhelo. Compañía en la errancia, compañía en el confinamiento. Transplant implica una constante reflexión desde los restos de esta muñeca, un fragmento sensible, donde la imposibilidad de un retorno se abraza a la confianza en una nueva partida: el corazón de uno latiendo en la mano del otro”, añade Mandrile, ya refiriendo al objeto omnipresente en sus creaciones.
“El punto de partida de este proyecto es una muñeca que ha viajado conmigo durante más de dos décadas, traducida en sustratos tanto efímeros como resilientes, a través de diversos procesos técnicos y diferentes geografías”, precisa.
Copyright: ©️Hungarian Electrographic Society – MET Gallery
“En 2000, mientras realizaba mis estudios de doctorado en CFPR, desarrollé una serie de muñecas plegables hechas de partes de mi cuerpo y objetos encontrados, escaneadas e impresas, cortadas, cosidas, desvanecidas, rotas y reconstruidas. A lo largo del viaje, esos pedacitos enmendados se convirtieron en Fragmentos Frágiles”, reconstruye.
“En 2010, rescaté varias piezas sobrevivientes que fueron ensambladas como nuevos cuerpos y rebautizadas como Quitapenas, muñecas protectoras que iniciaron una nueva década de nomadismo. Veinte años después, Apátridas, imploraban una nueva búsqueda que aliviara este trasplante”, complementa.
Para acompañar el clamor de esas piezas, el año pasado Mandrile comenzó a explorar las arcillas y la porcelana como materia vulnerable: “Húmeda, agrietada, virgen o esculpida, las arcillas son partículas vivas expuestas a la inestabilidad del entorno. Entonces, lo que comenzó como una investigación técnica colaborativa en el CFPR, abrió un diálogo significativo hacia diferentes posibilidades de extender la biografía para esta muñeca agonizante”.
Ahora en manos de Niamh Fahy, Sonny Lightfoot y Tom McDonagh, artistas e investigadores del CFPR, “estas perspectivas plurales abren a consideración temas de coexistencia, impermanencia, incompletitud y formas de iteración que solo pueden sostenerse a través de esfuerzos comunes orientados a una restauración”, asegura.
Por último, Cecilie Mandrile recuerda una cita de John Berger a Degas en The Shape of a Pocket (“Uno sólo tiene un corazón”) para corroborar que, frecuentemente, ser un artista visual significa un intento solitario de seguir el ritmo del latido propio.
No obstante, la cordobesa se cuestiona qué sucede cuando ese corazón se trasplanta a (o desde) otro cuerpo u otro paisaje, a (desde) territorios de lenguajes desconocidos y recuerdos irreconocibles. “Los desplazamientos amenazan la estabilidad y la continuidad de la propia naturaleza, una identidad que debe ser redefinida, rediseñada”, apunta.
“De hecho, un trasplante se refiere al proceso de tomar un órgano e implantarlo en otro cuerpo, así como al movimiento de un ser vivo de un lugar o situación a otra. Estos procesos implican una incertidumbre extrema e invitan a preguntas sobre formas de hospitalidad como una colaboración de compromiso vital”, cierra Mandrile.