La virtualidad es una herramienta que se impuso y será parte del futuro. Esa es la convicción con la que se maneja la dupla que dirige la galería cordobesa Nodo 940, integrada por Gabriela Barrionuevo y Claudio Cassia. Ambos decidieron afrontar el contexto de pandemia y aislamiento social probando un nuevo formato de muestra.
Este jueves a las 19.30, a través de la web de la galería (www.nodo940.com), se realizará la inauguración de “NODO1.6”, una exposición que posibilitará tener una experiencia 3D del espacio y de las obras exhibidas.
Posibilitar un encuentro interactivo es el objetivo de esta muestra, que reúne trabajos de varios artistas visuales. Haciendo honor a su nombre, Nodo trabaja con un método de invitaciones para visibilizar los lazos que se dan en la escena artística. La galería invita a exponer a un artista, el cual a su vez propone a otro o a varios artistas. En este caso se verán obras de Dante Montich, Mariana González, MËX (Sebastián Zapata), Cinthia Cristal, Agustín Torri, Juan Andereggen, Carolina Rogé y Nahuel Crusta. La curadora invitada es Caro Antonucci.
La apertura virtual incluirá una sala de conversaciones, música de Bruno Turra y algunas sorpresas más, se anuncia en la web.
El diseño y producción del modelo 3D es de Pablo Ramacciotti, cineasta y productor multimedial.
“En esta muestra los visitantes se transforman en usuarios de un espacio recreado en un programa 3D (Blender) de la galería. El espacio fue construido digitalmente a partir de sus aspectos más característicos. Van a poder recorrerlo saltando de un render panorámico a otro, también se podrá interactuar con las obras, ampliarlas, ver datos de las mismas”, describe el joven diseñador.
Ramacciotti tiene 24 años. “Desde chico, mi interés por dibujar, por el arte y el cine me incentivó a buscar diferentes maneras de representación –cuenta–. Creo que influyó mucho la fotografía y mi pasión por la animación, los videojuegos y los entornos en 3D. Soy estudiante de Cine y TV de UNC, estoy en los últimos años, pero a la par de mi formación específica me fui formando independientemente en el campo del 3D”.
El modelo incluye a algunas personas digitalizadas para que los visitantes puedan dimensionar las obras y el espacio. “El beneficio que nos proporciona este medio es la versatilidad que aporta a la hora de reorganizar el espacio con posibilidades de renovar enteramente de modo digital el montaje, es decir la muestra”, explica.
En la senda virtual
La expectativa en relación a este desafío es enorme. “Es una mezcla de sensaciones –describe Gabriela Barrionuevo–, no sabemos cómo reaccionará el público. Tampoco sabemos a ciencia cierta cómo nos afectará a posteriori esta experiencia. Tenemos la posibilidad de llevarlo a cabo, con mucho esfuerzo, y esperamos que la adrenalina que fluye en este momento se contagie a otros, que se animen a más. Córdoba tiene un gran potencial para innovar y hay que despertarlo”.
Al igual que sucedió en otros espacios y galerías, en Nodo 940 sufrieron el impacto de la cuarentena y tuvieron que evaluar cómo seguir. “Como toda actividad en la que interviene la aglomeración de gente, estuvimos expuestos a las primeras medidas de aislamiento–recuerda Claudio Cassia–. De hecho, estábamos a poco tiempo del montaje de la primera muestra del corriente año cuando comenzaron las alertas a nivel mundial. Nos pusimos en contacto con el equipo y decidimos paralizar el proceso de curaduría y montaje incluso antes del anuncio a nivel nacional de la cuarentena. Sabíamos que la galería convoca mucha gente y estábamos conscientes de las características del espacio. Nos dimos cuenta de que debíamos replantearnos las acciones. A pesar de ser un espacio muy dinámico, jamás tomamos decisiones a la ligera”.
“Somos muy inquietos –añade–, por las mismas características del proyecto de galería, y decidimos darle un tiempo a todo esto, ya que no estábamos muy seguros de cuánto se iba a extender la cuarentena. Pero creo que en el fondo sabíamos que si la situación se prolongaba íbamos a recurrir a los medios digitales, ya que es una característica de nuestro proyecto la impronta en los espacios virtuales”.
Desde Nodo entienden que la idea de producir una vivencia 3D de una exposición implica innovar sobre la marcha pero también darle continuidad a un camino recorrido.
“La galería y sus integrantes tienen una estructura rizomática, aludimos a este concepto reiteradas veces en los textos curatoriales y en el proyecto fundacional”, señala Barrionuevo, quien además de dirigir la galería se desempeña como artista visual. Realiza piezas de net.art e interactividad, además de dibujo y grabado.
“La experiencia interactiva y virtual no es terreno desconocido –afirma–. La diferencia, en esta ocasión, es que todo se da en la virtualidad. Decidimos llevar este aspecto a otro estándar. Desde el comienzo, hace más de 4 años, nuestro espacio contó con tienda virtual, desarrollo de conceptualizaciones cruzadas que se visualizan en la web de Nodo940 y presencia en las redes sociales. La exposición en formato 3D es sin duda una apuesta, no del todo desconocida, pero nueva para la implementación. Sentimos que innovamos en cuanto a la producción de una muestra virtual de estas características. Se toca bastante con lo que sucede físicamente, maquetaciones digitales, curadurías intermedia, revisión de conceptos y textos, desarrollo de recorridos espaciales, diagramación, difusión. Todas las instancias de producción y curaduría se ponen en marcha”.
Una de las instancias del trabajo en red y de la apuesta previa a los recursos tecnológicos es la publicación online Arte en revista. “Nodo940 viene apostando en el campo virtual desde sus inicios –enfatizan los directores de espacio–. Creemos que nuestra página web y revista virtual son un archivo, tanto de procesos artísticos como de artistas, una fuente de información y datos para las generaciones posteriores del escenario cultural de Córdoba. Pensamos que los espacios privados necesitan aportar a la conservación de las ideas que en ellos se generan, tiene que ver con la identidad y los aportes a la construcción del medio, la cultura y el mercado”.
Entusiasmo contagioso
El entusiasmo por esta nueva experiencia 3D que proponen desde el jueves se contagió a los artistas, evalúan desde la galería. “Creo que al final trabajamos igual o más que en el plano físico. Se trabajó mucho en equipo, uno de los temores y a la vez un objetivo obligatorio fue realizar la muestra virtual con la mayor calidad y envergadura posible. No era una opción quedarse a mitad del camino, y creemos que lo logramos”, señalan los directores.
“Durante todo el 2019 trabajamos en varias reuniones y avances. Acostumbramos desde el espacio a que los artistas puedan intercambiar ideas y desarrollar en conjunto líneas curatoriales. Esa modalidad se mantuvo en la virtualidad mediante video-conferencias grupales e individuales, lo que permitió acercarnos aún más. Los artistas siguieron desarrollando obra y aportando ideas a esta nueva manera de exponer, para muchos de ellos desconocida”.
En Nodo 940 creen que los entornos digitales llegaron para quedarse, y evalúan de manera positiva iniciativas como las ferias virtuales que se activaron durante la pandemia.
“Creo que la cuarentena ayudó a la utilización de los medios tecnológicos que estaban disponibles pero que en realidad no se les sacaba provecho –señala Barrionuevo–. Las ferias virtuales son de mucha ayuda en este contexto, no solo para difundir y crear vínculos, sino también para poner en evidencia todo el trabajo que existe por parte del sector. Si miramos lo que ocurre en estos momentos, veremos un gran esfuerzo por parte de artistas y galeristas, en ambos casos derribando tabúes en torno a la virtualidad”.
Y suma: “A mi modo de ver, deberían seguir realizándose aun en un contexto de ‘normalidad’, ya que ofrecen otras opciones, son mucho más democráticas y el abanico que se abre en cuanto a vínculos y circulación no está sujeto a conveniencias. Internet es un concepto vincular, rizomático y nodal que permite ir más allá de las posibilidades físicas y limitantes. Queda como tarea fortalecer estos formatos, hacerlos propios para legitimarlos”.
En relación a la posible convivencia, en un futuro incierto, de las iniciativas virtuales surgidas en esta coyuntura tan especial y las muestras “físicas”, Barrionuevo es enfática: “Vivimos en un entorno pendular, una sociedad y un mundo que se debate en extremos. Pareciera que la anulación de lo opuesto se impone. La demonización de lo que debe o no debe ser me resulta mediocre y mezquina. No veo razón para que no convivan ambos formatos”.
“Si bien nunca pensamos en generar una muestra 100 por ciento virtual –cierra–, después de esta experiencia nada volverá a ser lo mismo. Creemos que no solo nos va a ocurrir a nosotros, es evidente que la virtualidad es una herramienta que llego por obligación y se quedara por necesidad”.