Para Cuqui, en el medio artístico local “hacemos de cuenta que vivimos del arte y eso es mentira”. De esto y otras cosas escribirá en “Tauro y el arte como trabajo", proyecto que ganó el quinto Premio Argentino de Arte Público lanzado por Cultura municipal para la edición 2019 de Mercado de Arte Contemporáneo (MAC) que comienza el próximo viernes en el Cabildo. La propuesta de la artista visual, escritora y tarotista cordobesa se impuso entre otras 35. En “Tauro y el arte como trabajo”, Cuqui le dará cuerpo a Charlotte von Mess, crítica de arte y uno de los heterónimos bajo los cuales publica. “Charlotte no tiene cuerpo, hay una pintura de su retrato. Mucha gente puede decir ¡ah es Charlotte la que está sentada!, pero no, es Cuqui, soy yo, vayan y díganme Cuqui”. Durante la feria, ataviada con un vestido de lentejuelas que será su “uniforme de trabajo”, escribirá en tiempo real un texto crítico atravesado por ideas como trabajo, arte, consumo y lo público. “Si trabajara de barrendera le pediría a mi jefa me deje hacer mi propia ropa” suelta Cuqui ante su nueva propuesta que une performance, escritura y las derivas del arte textil, facetas de su práctica artística. "Tauro y el arte como trabajo" será, entonces, una “escritura performática”. Esta característica decidió al jurado (Carolina Vitas, Dolores De Argentina y José Carlos Balaguer) a otorgarle el premio, consistente en 120 mil pesos. El Premio Argentino de Arte Público (nacional e interdisciplinario), bajo la coordinación del artista Manuel Coll, cuenta con la financiación del Fondo Nacional de las Artes. Trabajo, Tauro y Leo también Para Cuqui, “Tauro es buenísimo para el trabajo”: “Si bien no soy astróloga y Charlotte von Mess menos, me interesa ver dónde está Tauro en la carta astral del MAC, para que les artistes lo tengamos en cuenta”. Hay otro “detalle interesante” dice la artista. La feria sucederá bajo el signo de Leo, cuyo regente es el Sol: “todos queriendo brillar”. Por eso, “uno de los desafíos será ser uno mismo, mostrarse como uno es y no como los demás esperan. O no hacer lo que los demás esperan de uno”. Disparadores y un método Cuqui practicará su escritura performática en el bar de la feria. “Siempre escribo en bares, doy talleres de escritura en bares, leo en bares, me la paso en el bar, no tengo problemas con el ruido, he estado en el Olmos en hora pico corrigiendo textos”, cuenta. Ya tiene “material de base”, como notas tomadas de documentales sobre mercado de arte y subrayados en revistas como la Ñ, que lee mucho. Escribirá con lápiz negro: “lo de Charlotte es así, no tengo explicación científica, con otros heterónimos lo hago con otros lápices; tendré una hoja con palabras del diccionario sobre este tema, también un libro que me regalaron sobre psiquiatría forense que quiero usar en el momento de la corrección”. Para las palabras que repita, como el Word da muchas opciones, dice, elegirá “una palabra extraña”. Le gusta un lenguaje bien barroco. –¿Será un manuscrito que después tipearás?–Escribo todo a mano, hay algo en lo visual que me hace ver los errores, tardo mucho en corregir. Lo que más quiero cuidar es el texto, y estar la mayor cantidad de tiempo. Tal vez ponga alrededor de la mesa y la silla sal marina y purpurina para delimitar mi espacio sagrado. –¿Purpurina por qué? –Porque mi uniforme de trabajo será de todos colores. –¿Qué forma tomará ese texto? –Será un texto crítico que tendrá el formato de los textos de Charlotte, un ensayo con citas, bibliografía. Charlotte es académica. Yo no. El texto será de crítica, pero accesible. Recién se podrá leer el texto cuando Cuqui lo suelte en las redes sociales. Durante la feria sólo se podrá observar a la artista en la intimidad de su escritura y su percepción del entono: “No muestro mis escritos si no están corregidos. Mis amigos escritores leen mis libros cuando ya están publicados”. Dos libros son referentes para "Tauro y el arte como trabajo": Kassel no invita a la lógica, de Enrique Vila-Matas; y Carsick, de Baltimore a San Francisco, de John Waters. “Son libros performáticos, Waters firmó un contrato con su editorial para escribir las experiencias de poner el cuerpo, haciendo dedo, para escribir el texto, y Vila-Matas escribió en el bar de la Documenta Kassel”. El proceso físico de la escritura prevalece en su plan, como Mario Levrero en el “Diario de la beca” de La novela luminosa. Le interesa el registro de todas sus etapas: “sé lo que pienso, los disparadores, pero no sé qué pasará allí (en Mercado de Arte)”. Maldito dinero Entre los documentales sobre mercado de arte que revisó está el de la famosa performer Marina Abramovic, donde “ella dice que después de cierto nivel primero se mira el precio y después la obra”. Ahora comprende: “Esa chica sentada ahí con vestido de lentejuelas salió 120 mil pesos”. De las tantas veces que se ha presentado en premios, es la primera vez que gana. –¿Por qué participaste del premio? –Por la plata. Porque al texto lo iba a escribir igual. Dos muestras, “Lxs trabajadoxs sexuales ocupan el museo” ( Museo de Antropología), y “Prácticas políticas, poéticas y domésticas” en el Cabildo, donde participó, la movilizaron sobre temas afines al mercado del arte, como lo relacionado al trabajo y al pago, el precio. “Si viéramos como artistas que lo que hacemos es trabajo entonces necesitaríamos tener una obra social”, plantea. Sin embargo, “eso nos bajaría de categoría”, dice, porque “hacemos de cuenta que manejamos millones de dólares”. Lo opuesto a “reclamar como un trabajador”. En Mercado de Arte quiere ver a los artistas en el momento de la venta de la obra, “si se ponen sumisos con los coleccionistas, si están con miedo”. Comparándolo con el mercado de arte grande, “con el real”, siente que “estamos jugando, haciéndonos los artistas internacionales cuando acá ganas unos pesos con suerte”. Comportarse “como algo que no sos”. Cuqui y Charlotte von Mess Cuqui tiene libros escritos con distintos heterónimos. Lo firmado como "Cuqui" en poesía va de 1998 al 2006. “Esa Cuqui está muerta. O sea, no puedo escribir poesía con ese nombre”, aclara. Sin embargo, “lo firmado como "Cuqui" en narrativa o artes visuales, “es mío actual”, dice. Y “sería algo así como que me llamo igual que la ‘Cuqui poeta’, pero no somos la misma persona”. Hay más, y cada uno escribe en su línea. Detalla: “Natsuki Miyoshi es una poeta japonesa que ya murió, por eso se han editado sus libros como ‘obras completas’ y no ‘poesía reunida’. Karen Smith es una poeta del sur de Texas y sus textos están en inglés (no quiero editarlos en español). Alma Concepción escribe poesía. Francis Vipond es un chico que actualmente tiene 18 años y está estudiando una carrera como ingeniería o algo así, pero escribió dos libros en su primera adolescencia; ahora eso no le interesa, fue algo de la edad. Charlotte von Mess es crítica de arte. Etcétera”. En una entrevista reciente publicada en este diario se le escucha decir: “No sé cuál es mi nombre, mis heterónimos son fragmentos de mis distintos ancestros en mí. En mis performances nunca queda claro de quién es mi cuerpo”. Los heterónimos le permiten hacer cosas que ella no haría dice Cuqui. Y Charlotte es su preferida. Bio Cuqui (Córdoba, 1977). Su obra visual está íntimamente ligada a la escritura mediante la performance, el dibujo, la fotografía y el arte textil. Lee el Tarot de Marsella y analiza árboles genealógicos. Publicó, entre otros, Cuando explota un globo (Ediciones del Boulevard, 1999), Lavados vaginales (Vox, 2003), Naranja, verde, amarillo/naranja, verde, rojo (Huácala Capirote, 2002), Actriz de reparto (La Creciente, 2004), Masturbación (Eloísa Cartonera, 2005), Fruta fermentada (La Creciente-Huácala Capirote, 2006), Kiki (Huácala Capirote, 2008) y Kiki 2 (Nudista, 2012). Además, escribe bajo los heterónimos Natsuki Miyoshi, Karen Smith, Charlotte von Mess y Alma Concepción.
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